sábado, 17 de mayo de 2008

Las torturas medievales.

La cara oculta de la historia es la tortura. Varios de los elementos utilizados durante la Edad Media para realizar estas salvajadas fueron:


EL POTRO: La víctima era atada a los extremos y después se tiraba de las cuerdas hasta que los miembros se descoyuntaban.
EL TORMENTO DE LA RATA: Consistía en colocar una rata sobre el abdómen del torturado, encerrada en un jaula abierta por abajo, mientras los verdugos la hacían rabiar con palos ardiendo, de forma que el animal tenía que buscar una salida y a mordiscos abría un túnel en las tripas del condenado, llegando, a veces, a salir por otro lado del cuerpo.


EL APLASTACABEZAS: Destinado a comprimir y reventar los huesos del cráneo. La barbilla de la víctima se colocaba en barra inferior, y el casquete era empujado hacia abajo por el tornillo. Los efectos de este artilugio son, en primer lugar, la ruptura de los alveólos dentarios, después las mandíbulas y por último el cerebro se escurre por la cavidad de los ojos y entre los fragmentos del cráneo.






LAS JAULAS COLGANTES:Los presos, desnudos o semidesnudos, eran encerrados en las mismas. Morían de hambre y sed, por el mal tiempo y el frío en invierno; por el calor y las quemaduras solares en verano. A veces, las víctimas habían sido torturados o mutilados como escarmiento. No solo significaban una incomodidad tal que hacían imposible al preso dormir o relajarse, ya que estaban atados a los barrotes de las mismas. A veces se introducían en ellas gatos salvajes, a los que los verdugos azuzaban con varillas al rojo vivo, o se encendían fogatas debajo para abrasar al condenado.

EL METODO DEL AGUA: Consistía en hacer tragar al torturado, un mínimo de 10 litros por sesión, ayudándose de un embudo. Además de producir una insoportable sensación de ahogo, el estómago podía llegar a reventar.
EL GARROTE: Método por el cual un punzón de hierro penetra y rompe las vértebras cervicales al mismo tiempo que empuja todo el cuello hacia delante aplastando la tráquea contra el collar fijo, matando así por asfixia o por lenta destrucción de la médula espinal. La presencia de la punta en la parte posterior no sólo no provoca una muerte rápida, sino que aumenta las posibilidades de una agonía prolongada.
LA SIERRA: Este instrumento de tortura no necesita muchas explicaciones. Sus mártires son abundantes. A consecuencia de la posición invertida del condenado, se asegura suficiente oxigenación al cerebro y se impide la pérdida general de sangre, con lo que la víctima no pierde el conocimiento hasta que la sierra alcanza el ombligo, e incluso el pecho.
LA CIGUEÑA: El sistema de la cigueña, a parte de inmovilizar a la víctima, al poco rato ésta sufre unos fuertes calamabres en los músculos rectales y abdominales, y poco a poco se van extendiendo por el resto del cuerpo. Al cabo de las horas producen un dolor muy intenso sobre todo en el recto. Además el reo era pateado y golpeado, e incluso en ocasiones llegaba a ser quemado y mutilado.
LAS GARRAS DE GATO: Consistía en arrancar al prisionero la carne a tiras, llegándola a arrancar de los huesos. Eran utilizadas como un rastrillo.
LA PERA: Estos instrumentos se usaban en formatos orales y rectales. Se colocaban en la boca, recto o vagina de la víctima, y allí se desplegaban por medio de un tornillo hasta su máxima apertura. El interior de la cavidad quedaba dañado irremediablemente.Las puntas que sobresalen del extremo de cada segmento servían para desgarrar mejor el fondo de la garganta, del recto o de la cerviz del útero. La pera oral normalmente se aplicaba a los predicadores heréticos, pero también a seglares reos de tendencia antiortodoxas. La pera vaginal, en cambio, estaba destinada a las mujeres culpables de tener relaciones con Satanás o con uno de sus familiares, y la rectal a los homosexuales.

martes, 13 de mayo de 2008

San Juan del Hospital


Historia:
El Conjunto Histórico Monumental Sanjuanista fue iniciado por los caballeros de la Orden Militar de San Juan del Hospital de Jerusalén cuando el rey D.Jaime I en Conquistador toma Valencia en 1238, y en gratitud por los servicios prestados, concede a los Caballeros Hospitalarios la zona junto a la puerta de La Xerea.
A causa de las cambiantes situaciones históricas, el conjunto monumental padeció largas épocas de descuido, decadencia y finalmente completo abandono; llegó incluso a plantearse la posibilidad del derribo total.
La intervención de algunos próceres valencianos evitó tal desastre, al lograr que se declarara todo el Conjunto "Monumento Histórico-Artístico de carácter Nacional".
En la actualidad, la iglesia es atendida por sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei. Ha sido recuperada para el culto con una creciente actividad.




Descripción general de la iglesia:


La iglesia se conserva perfectamente. Es un amplio edificio de una sola nave cubierta con bóvedas de medio cañón apuntado reforzada por arcos fajones que apoyan sobre columnas truncadas. El peso que soportan estos fajones es contrarrestado por gruesos contrafuertes. Entre estos contrafuertes se abren tres capillas cuadradas por cada lado mediante arco apuntado con columnas de capiteles trococónicos lisos.
La cabecera tiene planta poligonal con bóveda de crucería. Externamente tiene alargados ventanales de arco agudo.
En el interior de la iglesia de San Juan del Hospital, además de su bella y sobria arquitectura, no hay que dejar de ver una Virgen románica, un Calvario Gótico y los restos de pinturas de tradición románica que se conservan en sendas capillas.
Todo trasluce un aire cistenciense muy acusado, como corresponde a una construcción de esta época y de una Orden Militar que se apegaba a las fórmulas constructivas del Císter.
La todavía tradición románica existente se conserva en las puertas laterales sur y norte, con sencillo arco de medio punto de grandes dovelas. También en los numerosos canecillos conservados donde hay una curiosa y simbólica secuencia alternante de cabezas humanas y de monstruos de afilados dientes.
Se conserva también una capilla funeraria llamada del Rey Don Jaime I, donde el rey oía misa. Según parece es la parte más antigua del complejo hospitalario.











Jaime I


Nació en 1213.Hijo de Pedro el Católico (PedroII) y María de Montpellier.Su padre muere en 1213 en la batalla de Muret y es capturado por Simón de Montfort, quien lo devuelve tras un año de aprisionamiento, por orden del papa Inocencio III.Estuvo bajo la tutela de los templarios en el castillo de Monzón, a los 6 años fue jurado en las cortes de Lérida(1214) y dos años más tarde fue declarado mayor de edad.En 1221 se desposó con Leonor de Castilla y tubo un hijo, Alfonso, que se casó con Constanza de Moncada. Después Jaime anuló su primer casamiento por razones de parentesco y se casó con Violante de Hungría con la que tubo 9 hijos: Pedro III de Mallorca- Fernando- Sancho- Violante de Aragón- doña Constanza- Sancha- María e Isabel.Conquista de Mallorca, Menoría, Ibiza y Formentera. También conquista Valencia en tres fases:- La toma de Burriana y Peñiscola.- La toma del puente de Valencia que cruzaba el Júcar.- La toma de Valencia hasta los límites del tratado de Almizarra en 1244, firmado por Jaime I y Alfonso X el sabio, que consistía en un pacto que delimitaba la frontera entre los dos reinos.También conquista Occitania mediante el tratado de Corbelia y el reino de Murcia.En 1269 salió de Barcelona para una expedición a Tierra Santa, pero debido a una Tormenta tubo que renunciar.Murió en Alcina (Valencia) el 27 de julio de 1276 y reinó 63 años.